CICLO BIOLÓGICO DE LA GARRAPATA
El ciclo biológico de las garrapatas está compuesto por cuatro estadíos: huevo, larva, ninfa y adulto. Las hembras se alimentan siempre de sangre mientras que los machos raramente lo hacen.
En la superficie cutánea se produce el acoplamiento del macho con la hembra que necesita succionar sangre para la buena maduración de los huevos.
Después de haber succionado suficiente sangre, la hembra se deja caer en lugares protegidos del suelo donde, según la variedad deponen cantidades determinadas de huevos (Boophilus spp entre 2000-3000 y Amblyomma spp hasta 5000).
Es por esto que las condiciones de vegetación, temperatura y humedad relativa del microclima del suelo son importantes para la supervivencia de la especie.
“Los factores climatológicos afectan especialmente a los delicados huevos y a las fases no parásitas de la garrapata. Las larvas evitan los ambientes secos y las altas temperaturas y las ninfas, especialmente las garrapatas adultas son mucho más resistentes”
Las garrapatas son necesarias para que los animales adquieran inmunidad frente a las mismas; pero cuando ese equilibrio se rompe por factores como la inadecuada alimentación, inicio de época de lluvia, razas susceptibles, animales enfermos, animales estresados o en proceso de aclimatación, sobrevienen las infestaciones masivas que conllevan a pérdida de peso, estados anémicos, transmisión de enfermedades, daños en la piel, entre otros.
Además, se ve afectada la utilidad financiera de los predios dedicados a la ganadería.
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