Ellas nacieron siendo cebollas, pero siempre sintieron que vivían en el cuerpo equivocado.
Gracias a la libertad de género, cumplieron su sueño y ahora son reconocidas ante la sociedad como aguacates.
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Ellas nacieron siendo cebollas, pero siempre sintieron que vivían en el cuerpo equivocado.
Gracias a la libertad de género, cumplieron su sueño y ahora son reconocidas ante la sociedad como aguacates.
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