Propagación de especies de plantas nativas forrajeras en ranchos ganaderos del d…

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Propagación de especies de plantas nativas forrajeras en ranchos ganaderos del desierto sonorense productores de carne

Resumen
La degradación de ranchos ganaderos pone en riesgo los servicios ecosistémicos, la situación socioeconómica de sus pobladores y la producción de carne en sistemas de producción de ganadería extensiva. Para recuperar terrenos degradados podemos buscar la propagación de especies de plantas forrajeras, considerando cuidados como riegos y protección, que permitan incrementar la producción de forraje. En este trabajo se presentan avances de investigación sobre el trasplante de palo verde y palo fierro, dos especies muy importantes como forrajeras del estado de Sonora, México. La supervivencia a los 250 días de trasplantadas las especies fue mayor en plantas protegidas contras herbívoros (P<0.0009). Hemos encontrado resultados donde la herbivoría juegan un papel muy importante, limitando el establecimiento de nuevas plantas. La altura de las plantas fue afectada en los individuos sin protección al mes del establecimiento para palo verde (P<0.0385) y palo fierro (P<0.0026). Estos resultados pueden tener aplicación práctica en la reforestación de ranchos ganaderos degradados de Sonora.

INTRODUCCIÓN
El principal uso de suelo del planeta es el pastoreo y ramoneo del ganado (Asner et al., 2004). Sin embargo, la sustentabilidad del pastoreo está en duda ante la degradación y desertificación de terrenos (MEA, 2005). Lo cual pone en riesgo la seguridad alimentaria a nivel global (FAO, 2015). El noroeste de México y Sonora han tenido un uso ganadero tradicional que data de varios siglos (Camou, 1998). Como resultado de esto, se empiezan a ver indicadores de degradación de los ranchos, como la pérdida de cobertura vegetal, la disminución en la densidad de plantas forrajeras para el ganado bovino y la erosión del terreno (Castellanos et al., 2010).

A pesar de los esfuerzos de instancias como la CONAFOR (2011), aún queda mucho por hacer, para mejorar los ranchos ganaderos. Una estrategia podría ser el realizar trasplantes (Cole et al., 2016), de especies de plantas forrajeras deseables, con el fin de buscar incrementar la densidad y cobertura de las plantas que han sido las más perjudicadas por la sobreutilización ganadera, como el sobrepastoreo o incluso por la fauna silvestre (Zimmer, et al., 2017). Parte de la biodiversidad del Desierto Sonorense nos ofrece especies de árboles y arbustos con alto potencial forrajero y que podrían ser elegibles para el establecimiento en zonas áridas, por contar con ramas, hojas, flores y frutos, ricos en proteína, con alta palatabilidad, y altamente digestibles para los rumiantes (Velázquez-Caudillo, 1997). Aun hoy en día se desconocen muchos detalles acerca de cómo mejorar la cobertura vegetal de los ranchos ganaderos, ante el disturbio a múltiples niveles que se lleva a cabo, por ejemplo, en Sonora (Castellanos et al., 2010). Pero sin duda, un suelo cubierto por plantas aportará resistencia y resiliencia al ecosistema, que favorece la producción de forraje para su conversión a carne de bovino (Chapin et al., 2002). Además de forraje para el ganado, el impacto de la presencia de plantas como arbustivas leguminosas presenta varios beneficios en términos de ciclos biogeoquímicos e hidrología, a favor de la fertilidad del suelo, captura de carbono y cambio climático global (Celaya y Castellanos, 2011; Celaya et al., 2015). El objetivo de este trabajo fue analizar la supervivencia y desarrollo de dos plantas forrajeras nativas, trasplantadas en zonas áridas del estado, con y sin protección contra la herbivoría, y con la aplicación de riegos para reducir el impacto de este factor limitante en zonas áridas (Noy-Meir, 1973).

MATERIALES Y MÉTODOS
El área de estudio se ubica en el municipio de Hermosillo, Sonora, dentro del Desierto Sonorense. Fue el campo experimental del Departamento de Agricultura y Ganadería (DAG) de la Universidad de Sonora, el cual cuenta con 244 hectáreas de extensión en las coordenadas 29°00’55’’ latitud norte y 110°07’59’’ longitud oeste. La vegetación original predominante fue matorral, pero ha sido transformada a terrenos agrícolas y áreas desmontadas para pastoreo por ganado bovino. El clima es muy seco y muy cálido, la temperatura media anual es de 25.2 °C, las temperaturas máximas se registran en el mes de junio y las mínimas se registran en febrero. La precipitación media anual es de 378 mm (de 1986 a 2013), con lluvias principalmente durante el monzón de verano entre los meses de julio y agosto (INEGI, 2014). Para el presente trabajo se obtuvieron los permisos de colecta de la SEMARNAT y posteriormente se colectaron semillas del campo agrícola del DAG, de dos especies de plantas forrajeras de la región árida de Sonora, Cercidium microphyllum y Olneya tesota (Velázquez-Caudillo, 1997), esta última del genero Olneya, una especie en riesgo en la NOM-059. Sus semillas se sometieron a tratamientos de germinación en el jardín botánico del DAG en septiembre del 2016. Se sembraron una semilla por maceta de 1.5 litros de volumen con tierra del campo agrícola y experimental. Se alojaron las macetas bajo malla sombra.

Posteriormente se trasplantaron en el agostadero, en una área plana y excluida del pastoreo de bovinos. Se trasplantaron un total de 40 plantas, 10 plantas de cada especie con protección contra la herbivoría y otras 10 plantas sin protección, en octubre de 2016. La protección consistió en colocar un recipiente plástico de refresco de 3 litros, habiendo recortado previamente sus extremos, de dimensiones 30 cm de alto y diámetro de 12 cm, quedando enterrado 5 cm. Se aplicó un riego al trasplante, de 3 litros y riegos mensuales de 1.5 litros por planta. Las variables evaluadas fueron: supervivencia y altura. La supervivencia se evaluó contabilizando las plantas vivas encontradas, con respecto al número de plantas que inicialmente se establecieron. Para determinar la altura se hicieron mediciones en campo usando una cinta métrica, y se comparó la altura inicial de las plantas con respecto a la diferencia de la altura final de las plantas establecidas, al término del período de muestreo. Las determinaciones de las alturas se realizaron a los 10, 20, 30, 90, 150 y 250 días del trasplante. Los análisis estadísticos se llevaron a cabo con los programas JMP versión 10 (SAS Institute, 2000). Con los datos de supervivencia se hizo un análisis de contingencia con la prueba de ji cuadrada (χ2; Infante y Zarate de Lara, 2000). El resto de la información de alturas de plantas, se contrastó mediante análisis de varianzas. La prueba a posteriori utilizada fue Tukey. En todos los casos se estableció una significancia estadística menor o igual al 5%.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Analizando todas las especies de plantas protegidas en comparación con las plantas sin protección, se observó una mayor supervivencia en todas las especies con protección a partir de los 90 días del trasplante, con un 65% vs 10%, respectivamente (χ2 10.9; P<0.0003), y a los 250 días 60% vs 10%, respectivamente (χ2 12.9; P<0.0009). Para palo verde a los 250 días sólo el 10% de las plantas sin protección sobrevivía vs 50% de las plantas protegidas (χ2 7.5; P<0.0062), mientras que para palo fierro fueron supervivencias del 10% y 50%, respectivamente (χ2 3.81; P<0.0510); éste último se considera como un resultado relevante por ser una especie en riesgo en la NOM-059. Esto indica que la protección contra herbivoría fue efectiva en ambas especies forrajeras estudiadas, igual a lo encontrado por otros autores en ecosistemas templados (Zimmer, et al., 2017). Los resultados de reforestaciones hechas en México muestran baja supervivencia similares a nuestros resultados de las plantas sin protección (CONAFOR, 2011).

En nuestros resultados, la actividad de la herbivoría fue el principal limitante del establecimiento de plantas forrajeras estudiadas. El trasplante de plantas forrajeras en terrenos ganaderos puede tener bajo porcentaje de éxito, debido a la depredación por animales silvestres y la sequía estival (Ruíz y Robles, 2006). Este último factor intentamos minimizarlo con los riegos. Holl y Nietzen (1999) afirman que los herbívoros pueden causar alta mortalidad de plántulas y reducción del crecimiento en las plantaciones forestales en las zonas áridas. El empleo de protectores individuales puede favorecer el incrementar del porcentaje de supervivencia (Ruíz y Robles, 2006). En el caso de los resultados de las alturas de las plantas, estos indican que la altura inicial no era diferente estadísticamente entre las plantas con y sin protección. Sin embargo, al mes de haberse trasplantado, la altura de las plantas sin protección de palo fierro ya era menor (P?0.0026) 6.56 cm vs 22.11 cm de las plantas con protección. En el caso del palo verde ya a los 20 días de trasplantado presentaba una altura de 7.12 cm en promedio las plantas sin protección vs 19.6 (P?0.0385). Se observó el corte de tallos en las plantas sin protección, por lo cual atribuimos a la herbivoría esta disminución en altura, coincidiendo con Holl y Nietzen (1999). Para zonas templadas encontraron que los conejos tenían un papel muy activo en la herbivoría de plántulas jóvenes (Zimmer, et al., 2017). Solamente la herbivoría fue por fauna silvestre y no por ganado bovino en este estudio, debido a que esta área estaba excluida del pastoreo de bovinos. Se apreció en campo el rebrote de las plantas y su posterior consumo de rebrotes por los herbívoros. El ramoneo recurrente pudo haber favorecido la mortalidad de plantas (Whitford, 2002). Con los resultados obtenidos se abren varias líneas de investigación para adicionar especies de la biodiversidad de Desierto Sonorense a estudios de reforestación, así como entender mejor el funcionamiento ecosistémico para incrementar el éxito de programas de mejora de hábitat (Castellanos et al., 2010).

CONCLUSIONES
La herbivoría fue determinante para reducir a los 250 días la supervivencia y disminuir la altura de las plantas forrajeras trasplantadas en ranchos de región árida de Sonora. Se puede incrementar el porcentaje de supervivencia de plantas forrajeras palo verde y palo fierro en agostaderos ganaderos de zonas áridas, proporcionándoles protecciones individuales contra herbivoría. Los programas de reforestación con plantas forrajeras deben considerar la protección contra herbívoros para intentar incrementar su porcentaje de supervivencia.

Celaya M.H.*, Barrera S.M.A., Morales M.J.C., López R.M.G., Osuna C.R.F., Sosa C.J. Departamento de Agricultura y Ganadería, Universidad de Sonora, Hermosillo Sonora, México.

LITERATURA CITADA
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Fuente

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