Un ganadero de verdad NO es el que usa botas y sombrero; Sino hay botas, usa tenis, sino hay sombrero, cachucha o así mero. Se levanta primero que nadie en su casa y se ocupa de los suyos. Tiene claro qué hay días buenos y hay días malos, que a veces se gana y a veces se pierde, se prepara para las épocas malas, ahorra, no reniega y siempre sonríe por que sabe que pase lo que pase siempre habrá un taco ó una sopa y una familia esperando lo mejor de el, no tiene problemas existenciales ni malas intensiones. Un ganadero de verdad enfrenta la vida con una sonrisa, trabaja sin pretextos, ama lo que hace y protege a los suyos, respeta su tierra, a su gente, sus costumbres y a ti aún que no te conozca, te extiende la mano.
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